martes, 13 de enero de 2015



              SUEÑOS DE MOTOR Y GRASA.


Sangre, sudor y lágrimas... no, eso no, que lo decía Churchill cuando le faltaba el whisky, queríamos decir sudor y testosterona, mucha testosterona. Síguenos en este viaje por la cultura más típicamente americano-macarra y sus productos fundamentales: birras, chicas y coches. Empezamos por un genuino macho alfa de los 60 y 70, que arrasaba en taquilla y fuera de ella: Steve Mcqueen, que coleccionaba coches y chicas como vosotros cromos de la abeja Maya.
El duro Steve salió de esa cantera de actores que están huyendo toda su vida: infancia desarraigada, padre alcohólico, peleas en el ejército y expulsión. Luego un par de condicionales y salto al cine. Sí, igual que Marlon. Y es que para hacer de duro, tienes que haber sido un broncas de verdad, y no un nenazas como Brad Pitt, cuyos antecedentes delictivos mas serios son ¡disfrazarse de pollo! Y además no dejaba que le doblasen en las escenas de acción, no tenéis mas que verle en la Triumph T-100 camuflada como una BMW de "La gran evasión",
aunque,  (el mito se nos derrumba) en la escena en la que salta con la moto por encima de la alambrada de un prado, no era Steve, sino el doble. La leyenda dice que quiso, pero no le dejaron.

Su doble haciendo el salto

Pero bueno, sí que sabía conducir al límite, no hay mas que verle en Bullit o Le Mans. 

Quemando rueda por San Francisco.


Si podéis ver algún documental, veréis que el tío era muy competitivo, participaba en coches y cross y todo lo que se le ponía por delante.
Qué bien le quedan las Persol.
Sus ganas de ser el "number one" en todo, llegó al punto de exigir los mismísimos minutos que Paul Newman como actor principal en "El coloso en llamas" para un papel de jefe de bomberos bastante discretito, como véis, tenía que ser el primero o... el primero. Le traemos aquí por estas camisetas que tenemos de Steve, y por el Ford Mustang GT-390 verde oscuro con el que soñamos por la noche y nos despertamos oliendo a goma quemada.




Coches que desgraciadamente no se podían tener por aquí por problemas de homologación, de catetos que mandaban, y estrechez económica, así que había que conformarse con deportivos cañí marca Seat, muy aptos para pelis estilo "El Vaquilla".

Una de nuestras camisetas


Otra de las nuestras.
Las siguientes, ya nos gustaría

Los Mustang de primera generación a veces se pueden ver por el taller de  Richard Rawlings y su mecánico Aaron Kaufman, que en Fast and Loud os enseñan algo sobre cervezas, mecánica y nenas. Y tienen unas camisetas que nos molan mucho, nos gustaría fotocopiarlas como chinos. Son de Tejas, que es como decir que son muy garrulos.