miércoles, 24 de junio de 2015

NO, MARCELLO, eso no se le hace a una mujer. Te damos la bienvenida a el único blog, nosotros no hemos visto otro, en el que hablando de lo que se nos ocurra, nos vamos cultivando en lo que nos apasiona: el diseño y "La Dolce Vita". Y lo que no perdonamos a Mastroianni es el guantazo que le suelta a su novia, Emma, como vuestro poeta  Marinetti "lo schiaffo e il pugno" y cómo la deja tirada en un descampado inmundo en las afueras de Roma, por la noche, sin luz, y ¡se larga el tío en su descapotable con el cigarro en la boca! Te sentirás un hombre.

No sin antes, haberla llevado a un intento de suicidio, a humillarla en un sucio pasillo de terrazo. La única que siente la poesía en casa de tu amigo Steiner, en ese ambiente tan elitista, tan insoportablemente intelectual, y tú la desprecias, solamente tienes palabras para esa rubia neumática que te lleva a la fuente y no te dejará ni rozar sus labios.



Eres patético arrastrándote ante la Ekberg: 
"Tú lo eres todo, Sylvia, sabes que lo eres todo.
Eres la primera mujer del primer día de la creación,
eres la madre 
la hermana
la amante
la amiga
el ángel
el diablo
la tierra, la casa."

Plas, plas, plas, te has ganado un aplauso por babear. Lástima que ella no vuelve a aparecer más, su papel es el de una esponja que te absorbe el cerebro en la fontana di Trevi.
También te lías con Maddalena, muy mona y muy viciosa, pero es una noble que te usa una y otra vez, eres su juguete, eres un plebeyo, ¿a qué aspiras? Paparazzo y tú sois dos periodistas malones,  pero sí, os concedemos que comparados con los que ahora nos toca soportar, con mucho "stile".
Llegas a las más altas cotas de indignidad cuando dices a tu chica."No me sirves, esto no es amor, es basura."
Si te hubiéramos tenido a nuestro alcance... A una diosa como ésta se la adora Marcello. Ya sólo por su mirada... Nos vuelve locos. Al lado tuyo Anita Ekberg se podía haber disuelto en el agua. Y no os ponemos una foto en color porque sus ojos os taladran.

Y entre toda esa fauna dentro de un decorado tan bello que duele, seleccionamos un objeto sencillo, desapercibido, pero intemporal de Fortunato Depero. En las mesas de Via Véneto que aparecen en la película, está el botellín de Campari diseñado en 1931, y que todavía se fabrica.

Sus diseños de carteles son un clásico de la publicidad, pero es que tocó todos los palos: pintor, escultor, diseñador de moda, de maravillosos juguetes de una rabiosa actualidad, y si hay algún poeta por ahí, miembro del grupo de los futuristas.

 
Algunos de los juguetes que diseñó.
Otro día os contaremos dónde tomaros un Campari Mi To, en una terraza de un centro cultural en Roma con vistas al Foro, a Piazza Venezia y al teatro Marcello, sí, la vida es una gran ironía.
Lejos de las hordas de turistas.
Por la tarde, con el sol poniéndose por Gianicolo, sobre Trastévere.
Llévate un rotulador para escribir su nombre en el arco blanco de la izquierda.
Con tu chica.
Si no lo es, lo será.
Antes de morirse, es una de las cosas que hay que hacer en la vida.
Cómo nos hemos quedado.
Ah, el Patrimonio de la Humanidad se llama Yvonne Furneaux.