lunes, 16 de febrero de 2015

OPTICA LEMIERE PARIS

PUNTO FINAL

Nos despedimos porque no tenemos ya nada que contar, la dirección que ha tomado el blog no es la que quisimos y sinceramente no nos interesa nada la triste actualidad. Ayer, mientras nos deshacíamos de una parte de un pequeño tesoro que nos ha legado una cantante lírica llegamos a calibrar que generaciones más idiotas nos ha tocado padecer. Gente que opina o escribe naderías sobre asuntos en los que son profundamente ignorantes: de fotografía sin haber hecho revelador-paro-fijador, de cine sin haberse subido a unas tablas, de música sin distinguir la corchea de la fusa. Todo es muy cansino, y podéis desaparecer de nuestras vidas. Para vidas interesantes las de nuestros abuelos. Ahí van algunas pinceladas de personas que hemos conocido: 
Estos binoculares y su propietaria conocieron a María Callas en París, en febrero de 1965 interpretando a Tosca.

(Mari: Gracias a Dior y por el Dior). Su padre, militar, fue condecorado por el presidente del consejo de ministros con la medalla de Sufrimiento por la Patria, por un atentado anarquista.
Anarquista y de los duros era Floren Atienza fundador del Sindicato del Yunque en Baracaldo, capturado por los alemanes como trabajador forzoso en la base de U-boots de Burdeos, indispensable como mecánico para los alemanes es llevado a Stuttgart en 1944, liberado por los americanos termina llevando judíos desde Marsella a Israel.
Base de submarinos en Burdeos.
Completamente intacta, hoy se usa para exposiciones
En Burdeos aprendió francés César, que nos enseñó a leer a Simenon y a Henri Charrière y a entender a las francesas, y del verde de Burdeos pasó a estar hundido en la mierda de las letrinas en Melilla.

En Melilla estuvo el capitán Alonso I. López, cuya hoja de servicios ya es toda una película épica con mucha miseria, sangre y medallas.
Medalla de Alonso I.L.
 Capturado por los italianos en agosto de 1937, condenado a muerte y conmutado para terminar limpiando fondos de barcos en La Naval, dónde empezó Floren. Italianos eran también lo que apresaron a Jose Mª L. Cuadrado, (¿a cuántos te ventilastes?),  que arriesgó la vida al falsificar la documentación para escapar del batallón disciplinario y dejar unas memorias que dan para otro guión de película. Todas estas personas con sus historias cruzadas, han pasado por nuestra vida. Y ahora ya sólo queda su recuerdo que también desaparecerá con nosotros. En otro país menos ingrato, serían héroes, aquí han quedado en sumidos en la indiferencia.

¿Véis como no queda nada más que contar?
¿Hay alguien por ahí que nos pueda contar algo interesante?
Hasta siempre.




2 comentarios:

  1. Pero qué pasa chavales, abandonan uds el barco???.

    Un abrazo ¡¡¡¡cobardeeeeee'¡¡¡.

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  2. ¡No me lo puedo creer! Hay que seguir en la lucha, no se puede tirar la toalla tan a la ligera, con todo lo que tenéis que aportar. Allá cada loco con su tema, lo importante es hacer algo que te guste y a los demás que los den tila. ¡Venga hombre que no se diga!

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