lunes, 27 de octubre de 2014

ROCCO Y SUS HERMANOS IIª PARTE.



Y tu voz,
igual que el coro de las sirenas de Ulises,
me encadena.*

Antes de saltar a Thule siguiendo a la reina Sigrid, para hablar del diseño escandinavo, seguimos flirteando con la bruma y el frío casi alpino de Milán. Cuando Rocco le dice a Nadia que no la quiere volver a ver, en realidad para evitarse problemas con el elemento que tiene por hermano que también está loco por ella, la lleva a el tejado del Duomo.



Rodando las escenas en el Duomo.
¡Cuánto se arrepentirá de tratar a Nadia estúpidamente! Dispuesta a hacer por el lo que fuera, la empuja a uno de los más sucios y tristes finales de la historia del cine, que es también culpa de Rocco, y de su "mamma", sus hermanos y ese necio honor de familia italiana del sur. Puedes pisar este mismo lugar pasando por caja y llenar los bolsillos del clero o te puedes ahorrar la entrada, cruzas la calle y subes al último piso de los míticos almacenes La Rinascente, una auténtica pasarela de modelos, para tener una vista parecida.  Pero si hay un triángulo que abduce más que el de las Bermudas, es el que está unos cientos de metros más adelante, en la plaza del castillo de los Sforza, tan cerca pero tan lejos del mundo de Nadia. En un perfecto equilátero de 100 m. encontramos el lugar dónde se conjuntaron mágicas fuerzas y cortesanas de ensueño, puedes cenar en un tranvía de época y ver el estudio de un mago del diseño: Achille Castiglioni. En el castillo Sforzesco, vivió,  y pintó Leonardo a algunas de las amantes de Ludovico, señor de Milán por entonces, pero el retrato de Lucrezia (éste nombre nos dispara ciertas conexiones cerebrales) tiene la mirada de una mantis que juega con el hombre antes de zampársele crudo.
LUCREZIA CRIVELLI
Mucho mejor retrato que la sobrevalorada Gioconda y su mirada bovina, cuyo "misterio", no es otro que la suciedad que cubre su capa pictórica. Otra de las amantes de Ludovico también retratada por Leonardo, Cecilia Galleani, es erotismo y dominación si descubres el significado de lo que tiene en sus manos. Juego de mensajes ocultos. Puro Renacimiento. En la misma plaza a nuestra izquierda en el número 27, está el estudio de Castiglioni. Exquisito en sus obras, irónico, expansivo, trabajaba con vistas hacia un lugar único para inspirarse.




Lámpara Arco,  un diseño copiado
hasta la saciedad.

Quedarían la chica y la silla perfectas en nuestro salón
Y a nuestra derecha está la parada del tranvía clásico en el que puedes cenar mientras hace un recorrido  de dos horas  por Milán.
Tranvía esperando a nuestra Crivelli, frente al Castello



Una original idea de ATM, (trans. de Milán) con el sugerente nombre de ATMmósfera, que tienes que reservar con unos 70 días de antelación, y que empieza y termina en el Castello Sforzesco, frente a la puerta por la que salía  Lucrezia, y a la que si se descubre una máquina del tiempo,  seremos los primeros en invitar a subir: cantaba, escribía, pintaba y sobre todo con 18 años se decía que volvía loco a Ludovico "El Moro" en la cama. Cosas de la educación para la vida en palacio de entonces.

* El poeta nació en Jonia (Catania) Con estos orígenes no es extraño que cante a todas las Lucrezias que nos cautivan.

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