Y EL CELULOIDE SE INCENDIÓ CUANDO APARECIÓ GINETTA.

"Rocco y sus hermanos" de Visconti, nos llevarán desde los más infectos barrios de Milán, hasta el sestiere de San Marco en Venecia. Seguiremos enseñando esa mezcla de bobadas sin interés y diseño del bueno y del malo, que también lo hay. ¿Rocco? pues que las historias de superación no siempre acaban bien, los buenos no siempre ganan, y la miseria sigue pegada a los rostros como una segunda piel. Subiremos al Pirellone 

Torre Pirelli "Pirellone"

para tener una estupenda panorámica, y luego descenderemos suavemente, serpenteando junto al Po hasta el Adriático. Por el camino, en el tren, el que hace todas las paradas: Bérgamo, Verona, Padua, Mestre y el sol. Ya está todo dicho sobre el film, por lo que desde el diseño, te pedimos que observes ese sótano iluminado con bombillas de 125, y carcomido por la humedad que hoy sería una sala de exposiciones vanguardistas llena de artistas y poetas con aliento alcohólico y poses ególatras. Viven en la misma ciudad, pero hay una distancia de años-luz, entre el lujo de Montenapoleone y los barrios de fachadas soviéticas, basura acumulada como en una ciudad africana y polvo, mucho polvo y barro. Pero hay una luz cegadora, cuando aparece Claudia Cardinale en uno de sus primeros papeles, y la peli salta del blanco y negro al color. 

Tampoco Annie Girardot se queda atrás y es que tenemos debilidad por las francesitas aunque su cine es bastante indigesto.

Con Alain Delon en el Duomo, en una escena de Rocco

Ahora subimos a la torre Pirelli de Gió Ponti, para ver en la bruma lombarda a lo lejos, los miserables barrios de los que salían los obreros del sur para enriquecer a los de siempre.

 Y seguimos con Ponti y sus diseños

Alguno de sus diseños para el hogar.

Su mobiliario se sigue reeditando.

(mobiliario, cafeteras, cubiertos, sanitarios y casas que para qué seguir...) que nació, vivió y murió aquí, porque si hay un lugar más romántico para besarse que bajo el falso balcón de Verona, son los canales de Navigli en Milán, de los que asciende en noviembre una niebla que se enrosca, pero tú estás abrigado y apretujado contra la chica de los stilettos.

¡Oh diosas!: ¿cómo podéis andar sobre
esas piedras? Calles de Milán.

La música más bella que oirás son los tacones de las milanesas resonando en los grandes bloques de las calles. ¡Gracias mil al Ayuntamiento, por dejar todavía las calles empedradas!. Y después ya se puede uno dejar ir, como el Po, blandamente, hacia el Adriático, con el mismo sol que derretía el maquillaje de Aschenbach en "Muerte en Venecia" también de Visconti y con el que cerramos el bucle delante del pequeño edificio de Gio en San Marco. O no, porque si no quieres caer en el mayor de los ridículos delante de tu nena o nene, al salir de la estación de tren de Santa Lucía, te enfrentarás a uno de los dilemas más importantes de tu vida. ¿Voy por el puente de la derecha, o el de la izquierda?

Cada año que pasa se desplaza más.

No seas insensato y escojas el de la derecha, ya que es obra del infame ¿arquitecto? Santiago Calatrava, especialista en obras que se caen, proyectos que triplican el precio original y puentes de vidrio superdeslizantes, en el que la caída más ridícula está asegurada. Y si te pasa esto lo más probable es que tu diva te deje plantado preguntándose ¿cómo pude venir con un idiota como éste?. Esta sería tu "Muerte en Venecia". Te dejamos aquí un enlace para que veas alguno de sus estropicios, y lo compares con la obra del maestro Gio Ponti.

http://www.elmundo.es/espana/2014/09/14/54149ec4268e3e72608b4589.html

 ¿Por qué los hados condenaron a España a sotanas y procesiones dejándonos sin "bellezza"?